En este post finalizaremos la serie de artículos relacionados con la arquitectura que conforma el campamento arqueológico romano Aquis Querquennis. Podéis leer los dos anteriores en:
Arquitectura del Aquis (I): Construcción y sistema defensivo
Arquitectura del Aquis (II): Cuartel general, hospital y horrea.
Comentaremos en este caso cómo era la arquitectura, materiales y planta de diversas zonas que nos quedan por analizar como: barracones, talleres, almacenes, residencia del comandante, etc.
Los barracones de los soldados
Los barracones de la tropa son lógicamente el tipo de edificación más numeroso en los recintos militares. Estas edificaciones suelen presentar una planta rectangular alargada compartimentada en una serie de estancias dúplices. Estos espacios reciben el nombre de contubernia, puesto que debían albergar a un contubernium (8 soldados), y estaban así divididas porque el espacio frontal (arma) se usaba como almacén o espacio funciona y el del fondo (papilio) como dormitorio. En el remate de la edificación se situaba la residencia de los suboficiales, un espacio compartimentado en diversos habitáculos alrededor de un corredor central.
En Bande se han documentado por el momento cinco edificaciones que podrían interpretarse como barracones para la tropa.
Todas estas edificaciones siguen un patrón constructivo muy semejante: se trata de construcciones rectangulares que se organizan internamente en forma de U alrededor de un patio central abierto. Alrededor del patio se disponen dos hiladas de cubicula o estancias divididas cada una en dos habitáculos –armae (3,75 x 2,5 m) y papiliones (3,75 x 3,7 m).
Como ya señalamos, los cubicula estarían divididos en dos espacios por un muro medianero. El frontal o arma estaría abierto hacia el patio interior, pues en su fachada se situaba la puerta que permitía acceder a las estancias, y serviría como área de reunión, cocina o simplemente almacenaje. El trasero – papilio- serviría como dormitorio, estando los catres de los soldados fijados a las paredes de la habitación.
Destacable es la presencia de los pozos, que nos indican que, en buena medida, el abastecimiento del agua dependía de las precipitaciones recogidas por las canalizaciones que atravesaban longitudinalmente el propio patio. Estas, estarían elaboradas en piedra y, en principio, no contarían con cubierta.
Por lo que se refiere a las teóricas dependencias de los suboficiales, se dividen en 6-7 (dependiendo del barracón) pequeños habitáculos ordenados a partir de un corredor central que conecta con el vestíbulo de entrada formando una L. No parece que las estancias que componen las residencias de los suboficiales contasen con unos acabados sensiblemente mejores a las de los soldados aunque si se pudo identificar la existencia de un habitáculo que serviría como. Es muy posible que no todas las habitaciones restantes sirviesen como dormitorios, pudiendo existir espacios de reunión o de ocio que estarían equipados con mobiliario diverso (armarios, arcones, mesas, sillas…).
Aquis Querquennis – Barracones de los soldados
La residencia del comandante
En el modelo clásico de distribución de los fuertes romanos, los principia estarían franqueados por los horrea y por el praetorium o residencia del oficial al mando. Dado que el área norte de los latera praetorii de Bande aún no ha sido explorada es posible que la edificación que nos ocupa se encontrase aquí.
Los praetoria de época imperial siguen el modelo de las domus aristocráticas romanas. Se trata de residencias privadas, por lo que es de esperar un elevado grado de heterogeneidad No obstante, lo más frecuente es que se organicen alrededor de un patio porticado interno (atrium), una serie de estancias de carácter público y privado. Así, habría almacenes, cocinas, comedores, dormitorios… y algunos incluso cuentan con sus propios baños. Con frecuencia, en estas edificaciones aparecen pavimentos más ricos y elementos de decoración pictórica.
Barracones y establos
De acuerdo con los excavadores del sitio arqueológico, la fortificación de Bande estaría ocupada por una cohorte legionaria integrada por 6 centurias de 80 hombres cada una. Cada uno de los barracones de tropa podría albergar a una centuria, por lo que resta aún una edificación de este tipo por exhumarse. Si la fortificación siguiese un principio de simetría, esta construcción se encontraría al norte de los principia.
Sí parece claro que, en cualquier caso, estos nuevos barracones tendrán una planta muy parecida a la de los edificios descubiertos hasta el momento. Es posible también que en las fortificaciones se encontrasen establos para los animales ya que sabemos que las legiones contaban con un pequeño destacamento de caballería y que en estas unidades jinetes y monturas solían compartir un mismo barracón, de tal modo que los caballos ocuparían el habitáculo frontal y los jinetes el trasero. Con todo, no se puede plantear más que a modo de hipótesis la existencia en Bande de un escuadrón de caballería.
Talleres y almacenes
El ejército romano demandaba un constante suministro de bienes y piezas de equipo. Por este motivo, con frecuencia existían en estas fortificaciones espacios para el almacenamiento diferentes de los hórreos, así como talleres (fabricae) donde se desarrollaban distintas actividades artesanales o industriales, habitualmente relacionadas con el trabajo del metal, de la madera, el cuero o el hueso.La fabricación o reparación de piezas del equipo militar tendría lugar en estos espacios.
En relación con este espacio se encuentran una serie de habitáculos que bien servirían para el almacenamiento, bien para el desarrollo de las mencionadas actividades, caso en el que podemos encontrarnos con suelos hidráulicos, herramientas, piezas defectuosas, material de desecho…
Igualmente, existen evidencias que nos hacen pensar en la presencia en los fuertes y fortalezas de depósitos para guardar las armas, por lo menos en lo que se refiere al equipo común y de reposición.
El espacio extramuros
Las fuentes antiguas mencionan que un buen número de civiles seguía a los soldados romanos en sus desplazamientos: esclavos, familias, comerciantes, artesanos, prostitutas… que debían acampar siempre fuera del recinto militar. Con la aparición de las bases militares permanentes también se consolidaron los primitivos poblados establecidos a su alrededor hasta formar verdaderos núcleos protourbanos denominados uici. En ocasiones, estos poblados se situaban al lado mismo de las fortificaciones, mientras que en otros casos se localizaban a una cierta distancia de las mismas, definiendo un área de exclusión militar.
Con el paso del tiempo, si el uicus mostraba cierta pujanza en su labor como centro redistribuidor de bienes y servicios, podían aparecer edificios de mayor tamaño, como hórreos, establos, almacenes, talleres, estaciones viarias… e incluso construcciones monumentales o de cierto prestigio, como templos o baños.
El entorno inmediato de la fortificación de Bande ha sido explorado únicamente de modo ocasional. Así, a escasos 20 m al sudeste del recinto, existen una serie de estructuras de poca entidad: algunos muros de piedra escasamente cimentados que en planta dibujan hasta cuatro estancias, contando una de ellas con un hogar en su interior, por lo que pudo servir como cocina.
Se excavó también cerca de la antigua iglesia de Baños de Bande un sector de 20 x 10 m. Si bien se recuperaron diversos elementos constructivos y materiales romanos, no se reconocieron aquí estructuras claras.
Aquis Querquennis – Porta decumana
En las proximidades de esta zona se encontraron unas estructuras que se identifican como parte de la mansio de Aquae Querquernae, una estación viaria mencionada por el Itinerario de Antonino. Estas conforman una edificación que en su última fase muestra una planta en forma de L invertida, compartimentada en varias estancias, y un posible patio porticado Aquí se hallaron mareriales que abarcan desde época flavia (finales del siglo I d. C.) hasta el siglo V d. C. Con todo, la reutilización de elementos constructivos provenientes del fuerte militar nos indica que estas estructuras serían posteriores al abandono del mismo.
Ante la escasez de evidencias, poco es lo que se puede aventurar respecto del ordenamiento del poblado que crecería alrededor del fuerte militar siguiendo alguno de sus ejes viarios. Sin duda, en este lugar tendría acomodo una población cuyo sustento se relacionaba directamente con la presencia de la unidad militar y esto implicaría la existencia de espacios residenciales, talleres, tiendas, tascas e incluso prostíbulos.
La hipótesis más viable parece ser la de que el núcleo de Aquae Querquennae comenzaría su existencia durante el periodo de presencia militar en la localidad, pero que este no alcanzaría su momento de esplendor hasta la marcha de los soldados. Es muy posible que en el entorno del fuerte se encontrasen además otros pequeños núcleos de hábitat, como serían las granjas abiertas.
Por último, con seguridad tuvo que existir una necrópolis en la proximidad de alguna de las vías locales. Pese a la numerosa epigrafía funeraria localizada en la zona, se desconoce la situación exacta de este yacimiento, sea del momento de la ocupación militar, bien del periodo posterior.