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¿Como se construían las vías Romanas? - AquisQuerquennis 3D

Aquis3D 4 septiembre, 2019 No hay comentarios

Construccion de una Via Romana como la Vía Nova

Antes de la llegada de los romanos a la Península Ibérica, y a otras regiones de Europa, no existían carreteras propiamente dichas. Sí que existían caminos para el ganado de poca importancia, que unían poblados indígenas.

La administración romana, únicamente proyectaba la construcción de carreteras en territorios sobre los cuales tenían pleno control, es decir sobre territorios previamente conquistados y pacificados. Es un error tradicional de la historiografía, considerar la construcción viaria como un elemento asociado a la conquista militar. Sí que los ingenieros militares realizaban construcciones puntuales (Ej. se construían puentes para cruzar ríos, que luego eran desmontados) para realizar determinados movimientos tácticos durante una batalla, pero la ejecución viaria con un sentido comercial, siempre lo debemos asociar a una planificación de tipo política. Existen muchas vías romanas en la que hay inscripciones que aluden a determinadas legiones militares, esto no implica forzosamente que la vía haya sido construida por éstos; muy bien podría tratarse de una vía sujeta simplemente a una administración militar.

 

La construcción de carreteras se planificaba directamente desde Roma, pues se trataba de un asunto de carácter estratégico de gran importancia. Las más importantes, las pavimentadas,  eran construidas y mantenidas por el Estado, con la colaboración de las ciudades y propietarios de los terrenos que atravesaban. Son las llamadas Viae Publicae, las vías públicas. Podían tener anchuras de hasta 12 metros.  La gestión de las calzadas estaba dirigida por el curator viarum, un funcionario del Estado encargado que la ejecución de la obra se llevara a cabo según el proyecto y también de la conservación y reparación de la misma.

Los expertos constructores siempre diseñaban las vías atendiendo a un aspecto que resultaba vital: la pendiente longitudinal. Al tratarse de vehículos de tracción animal, una excesiva pendiente sería desastrosa para el correcto desplazamiento de las cargas. Los técnicos romanos siempre respetaron una pendiente máxima del 8%, y sólo utilizaron este porcentaje cuando era estrictamente necesario, en casos puntuales y para tramos muy cortos.

En el caso que fuese necesario rebajar las pendientes del terreno en los puntos altos, se realizaban desmontes del terreno, de tal manera que la carretera quedaba entallada y flanqueada por taludes (como si estuviera encajada en la montaña)

 

Técnicas de construcción:

Lo primero que se tenía que determinar era el trazado de la ruta, estando asignada este trabajo los mensores romanos,  personas que tenía la función que actualmente desempeña los topógrafos. Una vez tomadas todas las medidas, los mensores señalaban la ruta por medio de hitos (miliarios) y se comenzaba la construcción de la mismas preparando el trazado con la tala de aquellos árboles que entorpecieran el camino.

La estructura de una via romana

El proceso de construcción de una vía romana era el siguiente:

  • Deforestación del área donde estaba proyectada la calzada.
  • Explanación: allanamiento del firme o del terreno.
  • Delimitación del firme: Se delimitaba la anchura de la calzada mediante la construcción de los bordillos y que recorrían toda la longitud de la calzada.
  • Cimentación: En el espacio comprendido entre los bordillos, lo que será la calzada propiamente dicha, se extendía piedra en bruto, denominada Herisson, creándose una capa sólida y resistente para poder soportar el peso que por ella iba a discurrir (tropas militares, carros de mercancías…). Esta capa de piedras en bruto evitaba que la calzada sufriera daños o grietas que tuvieran que estar reparándose con frecuencia.
  • Capas intermedias: Sobre la capa de cimentación se extendían un relleno de arena o grava, en una o varias capas que iban disminuyendo su grosor según se ascendía hasta la más superficial. Después de cada relleno se procedía al apisonado de cada una de las capas de relleno de arena o grava.
  • Capa de rodadura: Era el revestimiento final de la superficie de la calzada preferiblemente utilizando cantos rodados apisonados mezclados con arenas, para forma la capa de rodadura. Se utilizaban también materiales de grano fino como zahorras (áridos no triturados) o jabre (arena natural de granito). Este tipo de rodadura permitía una suave circulación lo que suponía un ahorro al evitar perjuicios o daños en las ruedas de carros de mercancías o en los herrajes de los caballos y carros de combate utilizados por el ejército. En las ciudades o vías importantes, las calzadas se adoquinaban o se disponían piedras talladas de forma irregular.

La   importancia de cada ciudad dependía  del nivel de accesibilidad, o sea el grado de centralidad dentro de la red respecto al resto de ciudades. La excepcional red de caminos permitía alcanzar velocidades de 30 kilómetros al día para marchas a pie, velocidad que se duplicaba cuando los que transitaban por el camino eran soldados trasladándose de algún punto del imperio a otro o si se utilizaba algún vehículo tirado por caballos, como un carruaje o un vagón.

Mutatio – Paradas que servían para descansar y prestar servicio a los animales empleados como transporte.

Con la desarticulación del imperio romano, las carreteras seguirán siendo utilizadas, pero sin ningún tipo de mantenimiento ni gestión (las obras constructivas de mayor envergadura como los puentes, quedarán en ruinas). En época medieval, las mejoras técnicas fueron escasas; habrá que esperar hasta el siglo XVIII, cuando de nuevo, desde los diferentes estados en Europa, se tomen medidas para promover la construcción de nuevas vías.

 

Podéis ver este interesante vídeo realizado por Arqueomanía para aprender mucho más sobre estas construcciones.