Según transmiten las fuentes antiguas, el ejército romano contaba con un proceso de selección a la hora de reclutar nuevos soldados para las legiones. Se componía de un examen físico, otro intelectual y un último jurídico ya que los jóvenes que se presentaban a esta probatio tenían que acreditar ser ciudadanos romanos. En ella se observaban determinados criterios de edad, talla y constitución:
Edad. Solían escogerse reclutas con edades principalmente comprendidas entre los 17 y los 23.
Años. En el servicio en el ejército , dependiendo del tipo de unidadmilitar, se procuraba enrolar hombres jóvenes como soldados de tropa.
Altura. Los soldados legionarios de época imperial debían gozar de una envergadura suficiente. Según el tratadista Vegecio los criterios para las primeras cohortes –consideradas de elite- se establecían entre 1,71 y 1,77 m. Una ley del año 367 menciona que, ante la necesidad de enrolar más soldados, se rebajaría la talla recomendada de los 1,70 m anteriores a los 1,64 m.
Constitución y peso. Existía una predilección por los reclutas robustos y fuertes, con pechos
anchos y piernas y brazos capaces de soportar trabajos duros y marchas largas.
Aspecto físico. Dadas las notables fatigas a las que se sometía a los soldados es de esperar que el aspecto de estos hombres reflejase un cierto deterioro en contraste con el que mostrarían, por ejemplo, los oficiales. Pese a su estado por el general saludable, las lesiones, marcas, cicatrices, la pérdida de dientes… serían consecuencias propias del oficio de soldado. En cuanto al estilo, este se caracteriza por un cabello corto y la cara afeitada o con barba muy corta.
Criterios respecto del equipamiento militar romano
El Estado garantizaba el suministro básico de equipo para los soldados, cuyo coste debía descontarse de la paga de estos últimos. Pese a que se procuraba que estos elementos fuesen de calidad y similares, debe señalarse que no existía en el ejército romano un uniforme estricto como el de los cuerpos militares contemporáneos
Pese a que el ejército se preocupaba por mantener unos altos estándares de calidad y producía
directamente buena parte del equipo la fabricación de las piezas variaba notablemente de una región a otra y estaba sometida a modas y usos locales. Debe tenerse en cuenta además, que el ejército romano siempre presentó una notable predisposición a la adopción de quipamiento de sus enemigos para contar con una superior capacidad de combate y una mejor adaptación al medio local. Por otro lado, los soldados podían adquirir por su cuenta nuevas piezas o bien adaptar y mejorar las pre-existentes (ya que era considerado un símbolo de estatus), siempre y cuando esto no afectase a su eficiencia como unidad de combate.
El legionario o soldado de infantería pesada
Los principales arqueólogos estudiosos del recinto militar de Bande señalan que esta fortificación serviría como base a una cohorte de la legio VII Gemina (concretamente la tercera).
Contaban con una vestimenta de servicio, llamada procintus, que se caracterizaba por la presencia de los siguientes elementos:
- Túnica corta (tunica) : Túnica ajustada por medio de un cinto que solía colgar por encima de las rodillas.
- Calzones (bracae): Por debajo de la túnica era frecuente el uso de calzones largos de lana, amodo de pantalones.
- Paño (focale): Se anudaba un paño alrededor del cuello bien para protegerse del frío, bien para impedir el roce de la armadura.
- Cinto (balteus): Además de su utilidad obvia, el cinto era uno de los símbolos más representativos de la condición de soldado.
- Manto. Sobre la túnica se vestía un manto, del que existen dos modelos básicos en el mundo militar; Sagum y Paenula.
- Fíbulas (fibulae) y hebillas (fibellae). El uso de mantos exigía la presencia de algunos tipos de broche para mantener fija la pieza de ropa sobre los hombros.
- Ropa interior (subligar/subligaculum). Independientemente del uso o no de calzones, los soldados vestían ropa interior bajo la túnica.
- Botas militares (caligae): Botas de cuero claveteadas con apariencia de sandalias. Su diseño abierto permite la transpiración del pie, pero puede ser un inconveniente en climas húmedos, por lo que podía complementarse con el uso de calcetines o medias (udones) de lana.
Los colores y la moda en época romana
En el mundo romano se conocían un buen número de tintes naturales –fundamentalmente de origen vegetal-, y si bien el uso de las rojas –como las púrpuras- se asociaba frecuentemente con las clases sociales más privilegiadas, también es cierto que varios documentos muestran el gusto de los soldados por ese color. Por su parte, los soldados de la marina preferían tonalidades azules o verdes. En los actos ceremoniales las prendas blancas podrían ser un privilegio de los primeros centuriones y de los oficiales.
De este modo, resulta plausible creer que las piezas de vestido básicas usadas por los soldados de la tropa estuviesen en muchos casos sin teñir o bien mostrasen los colores más extendidos entre la plebe por ser los más accesibles. Las tonalidades parduzcas o los blancos rotos –pero no los amarillos, evitados por los soldados- serían frecuentes en mantos, túnicas y calzones fabricados en lana, pero esto no quiere decir que el uso de tejidos teñidos no estuviese extendido en el ejército.
